El acantilado Daría niña. salía todos los días a ver el mar pero nunca consiguió llegar al acantilado, a pesar de no saber que era aquello impresionante y miedoso lugar. Las historias de sus abuelos, conocidos y vecinos de la aldea, eran todas de miedo cuando ocurrían precisamente allí. Nunca podía oír estos relatos del citado acantilado al completo, porque sus mayores lo evitaban, hasta que una noche de primavera tuvo un sueño precioso, precisamente, con su mejor amiga Jara conseguía llegar al acantilado, donde según ella los peces se veían perfectamente y la sirenita vigilaba dando seguridad al temido lugar. Después cuando la noche venía las estrellas se quedaban fijas en aquel lugar hasta que los barcos pasaban. Cuando despertó, Daría estaba loca de contenta, por fin la palabra acantilado era preciosa, ya no le daba miedo, las dos se animaban todos los días a pasear con el resto de amiguitos, y acompañados de sus papá daban largos pa...
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